¿Quien sabe? Tal vez el primer error fué confundir, fué fallar al percibir y abrazar un prematuro concepto de "la musa", de la puta inspiración.
Así es...el primer error fué lo peyorativo presente en mi estructura mental. Incluir las palabras que hacen mal y envenenan en lo que provoca el posterior desahogo.
Una mochila, un peso que mella la postura. Simplemente una retroalimentación de
sufrimiento y alivio. Se cargó mal, y sigue subiendo el peso (día a día, año a año).
El dèja vú de intentar convencerme (durante alguna de esas sesiones de masoquismo introspectivo con mi marca registrada) mediante un "es así" y algún que otro "no hay posibilidad de cambiarlo" me provoca cierto temor.
¿Será verdad?
¿O falta incidencia sobre la existencia? (pura -y puta- potencia)
Creo que las herramientas están mal usadas, desperdiciadas y al alcance de la mano. También los motivos mal concebidos, y la felicidad...la felicidad siquiera ha
amagado a comenzar a gestarse (¿como extrañar lo que creimos real pero resultó
no serlo?)
¿Como accionar entonces?
¿Como hacer de esa potencia un verdadero acto?
Tal vez, teniendo presente hasta el final el respetar, siempre respetar...lo volátil, lo mutante, lo efímero y a la vez inimaginable: el ahora. Este instante, al que podemos llamar bueno, malo, o como el ánimo permita...pero es todo lo que "realmente" tenemos...
(en el pantano, crezco enpantanado...pero falta el impulso hacia la orilla)
miércoles, 15 de abril de 2009
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