martes, 7 de diciembre de 2010

El perpetuo movimiento

Comprendo finalmente que yo soy un Todo, que el sufrimiento es un concepto y que realmente nunca voy a estar solo (si en verdad no lo deseo, si en verdad lo acepto).

Acepté que las actitudes violentas son una simple fachada, que el egoísmo hace pesadas las piernas...que no hay nada más satisfactorio que alegrar a una persona: porque cada persona es un mundo aparte.

Y así caí en la cuenta de que cambiar la realidad es en verdad una posibilidad. Yo puedo cambiar un mundo, o al menos dar esperanzas a ese mundo de seguir fluyendo...aprendiendo, creciendo y sintiendo.